viernes, 1 de abril de 2011

Una visita al museo

No recuerdo ya cuando fue la primera vez que visité un museo (sea cual sea la índole de los objetos que expusiera) ni tampoco tengo claro el texto al que suelo hacer últimamente repetidas referencias en mis sesiones de trading en directo y que es el protagonista de este artículo. Pero de lo que no me cabe duda es que puede ser alto el porcentaje de mis lectores(as) que ya esté haciendo cábalas para encontrar algún tipo de concordancia entre una plácida estancia en alguna sala de esta naturaleza y la dinámica que conlleva operar en los mercados financieros.

Pues resulta, que a raiz de la situación actual en la que están situados los índices más representativos de las bolsas mundiales, está empezando a ser "mosqueante" que no se produzca ya una corrección cuando en realidad el panorama general es cada vez menos alentador desde cualquier punto de vista y análisis que se realice. Entonces, ¿por qué ha subido la bolsa? ¿Y por qué no baja ya? ¿A qué están esperando las bolsas para corregir? Todo ello desemboca en una situación de "subida forzada" y de movimientos bastante laterales e indecisos en el intradía, hasta que una noticia o una publicación de algún dato macroeconómico provoca un brusco salto en la cotización, sin dar oportunidad para participar y volviendo nuevamente a ese estado de semiletargo, hasta un nuevo zarandeo.
Es entonces, cuando viene a mi mente mi querida expresión, para todos los que siguen mis indicaciones; y es cuando afirmo: "Esto es como en los museos: Ver pero no tocar". Porque si hay algo que debemos desarrollar para alcanzar destreza en los mercados bursátiles es la capacidad de descartar oportunidades y no entrar a todo trapo, esté como esté la situación, porque simplemente no podemos permitirnos cerrar un balance diario sin haber hecho al menos una operación. Pues siento decir (y afirmar con rotundidad) que hay muchas ocasiones en las que "lo mejor que se hace es no hacer nada". 

Y recuerda que, como alguien dijo alguna vez (y como cito en alguna parte de mi obra): “Es mejor esta fuera queriendo entrar, que dentro queriendo salir”. Así que cuando nos veamos en una situación en la que no hay forma de meterle mano a la operativa, ni de encontrar una tímida pauta de entrada para abrir una posición, lo mejor que hacemos es recuperar aquella imagen, ya borrosa en la retina, de un jovenzuelo mirando con asombro una valiosa reliquia con cientos de años de historia y secretos, custodiada por un celoso rótulo que rezaba: “Ver pero no tocar”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.